(EFE) El pasado fin de semana, luego de una persecución cinematográfica, Luis "el gordo" Valor volvió a ser noticia. La banda liderada por el temible delincuente habría ingresado en una vivienda de Aldo Bonzi y tras reducir a su propietaria, una docente jubilada de 86 años, le exigieron la entrega de dinero y joyas. La mujer les dijo que todo su dinero estaba en una cuenta en Suiza y que las joyas estaban guardadas en una caja de seguridad del Banco Francés de San Miguel. Alterados por la respuesta, los delincuentes actuaron con frialdad y violencia, arrancando una estampita de San Cayetano que la anciana tenía en la puerta de la heladera y robándole una pastafrola que descansaba en la mesada de la cocina.
Sin efectuar disparos, el gordo Valor y su banda emprendieron la huida llevandose la pastafrola en un Peugeot 206 que acababan de comprar en Car One de Panamericana.
A poco de andar, un control policial de alcoholemia intentó parar al vehículo, pero hábil de reflejos, Valor dijo: "Minga me van a afanar la pastafrola" y aceleró subiendo a la vereda, esquivando a un señor que salía de comprar tomates en una verdulería y enfiló para el country donde vive su amigo Eduardo Duhalde.
Según testigos, la policía siguió a los delincuentes mientras éstos se comían rapidamente la torta para no dejar pruebas. Un pedazo de pastafrola atravezada en la garganta de Valor, habría provocado el choque que terminó con la persecución y la posterior detención de la superbanda.
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